CERÁMICA
CERÁMICA PRERROMANA
Por lo que se refiere a la cerámica prerromana, la información se deduce de los fragmentos, principalmente los fondos y el arranque de los hombro ya que no hay piezas completas. Las piezas de cerámica fueron realizadas por lo menos en dos partes: por un lado la base y el cuerpo, y por otro el borde, uniéndose ambas secciones posteriormente, si bien desconocemos el orden en el que estas se efectuaron. Tanto los fondos como las panzas se generaron mediante churros o colombinos, lo que supone una rotación lenta de la pieza en la que las manos se deslizan sobre esta más que la pieza deslizarse entre las manos. Esto se conoce como torneta o torno lento, pero puede que simplemente se tratase de una estera a la que se hace girar sobre el suelo de tierra, de un cacharro previamente hecho sobre el cual se sitúa la nueva pieza, etc. Son característicos de esta ejecución los fuertes cambios de grosor de las panzas en la misma horizontal, algo casi imposible en rotaciones rápidas como las del torno de pie o cualquier tipo de torno rápido. A diferencia de las panzas, los bordes fueron generados mediante una rotación más rápida y poseen un acabado más cuidado, lo que a veces ha dado lugar a confusiones al elaborar tipologías por su semejanza con las piezas elaboradas a torno rápido.
A pesar de esto, en muchos pueden apreciarse los cambios de grosor característicos. Una consecuencia del orden en que se montaron las piezas es que tienden a romperse precisamente por la zona por la que fueron unidas, lo que hace que se conserven pocos bordes con parte de la panza aún unida.
Posteriormente, y para darle la forma final a la pieza, se utilizan tanto la técnica del espatulado como la del escobillado. Con estas técnicas se intentan velar las diferencias de grosor y superficie. El escobillado aparece aplicado de forma desigual, unas veces con mucho cuidado, especialmente en piezas que luego llevarán decoración, y otras de forma más grosera. Se orienta tanto en una sola dirección como en direcciones cruzadas, y casi siempre se ubica en la parte externa de la pieza.
En cuanto a la decoración, prevalecen sobre todo las líneas bruñidas verticales, las líneas bruñidas oblicuas, la combinación de ambas y la retícula bruñida. Sin embargo se decoran exclusivamente los bordes rectos, siempre a partir de la inflexión del hombro, y los bordes de orejeta perforada, también a partir del arranque del hombro. A veces se marca el inicio de la decoración por medio de una línea bruñida horizontal más amplia. La herramienta utilizada parece ser la misma que se usa para las preparaciones superficiales mediante bruñido por rotación. Han aparecido solo tres piezas decoradas con estampillas y con alguna línea incisa horizontal (ocasionalmente se combinan dos líneas incisas con otra que hondea en su interior). También se encontraron varias piezas con molduras en el hombro, molduras que solo aparecen junto a bordes exvasados curvos. En algunos casos la llevan en la parte exterior del borde.
Las pastas son generalmente hojaldradas, poco compactas, con desgrasantes de cuarzo principalmente, sobre todo en los contenedores de mayor tamaño, presentando a veces unos nodulillos naranjas, seguramente por haberse utilizado restos de cerámica ya cocida y machacada como desgrasante.
Las coloraciones son pardas y anaranjadas con frecuentes cambios de color en el mismo cacharro lo que denota cocciones mixtas en hornos sencillos en los que probablemente el combustible estuvo en contacto directo con las piezas.
CERÁMICA COMÚN ROMANA
En este periodo se produce una proliferación tipológica con respecto a la etapa anterior. Así, mientras se siguen manteniendo tipos como las ollas de borde exvasado curvo, que siguen teniendo un papel dominante, y las grandes orzas con nervaduras, aparecen ahora bordes cóncavos a los que se les aplican tapaderas, ollas monoasadas, vasos y tazones con carenas y asas, jarras de diferentes tipos, platos, cuencos y fuentes engobados, etc.
Los fondos siguen siendo en su mayor parte planos. Aparecen ahora también los cuerpos flexionados mediante carenas (en San Chuis en época prerromana sólo se flexionaban los bordes) y se desarrollan notablemente los elementos de sujeción como las asas.
Sin embargo, lo más característico de esta época es que al utilizarse la rotación rápida con el torno de pie, la pieza se levanta de una sola vez desde la base al borde. El espatulado, el escobillado y las líneas bruñidas horizontales por rotación prácticamente desaparecen, pasando buena parte de las piezas a presentar bruñidos homogéneos por toda su superficie exterior. Esto se aprecia especialmente en la vajilla para beber.
Respecto a las decoraciones, las líneas bruñidas, sobre todo verticales y en retícula, aparecen aplicadas en un mayor número de tipos que en la época anterior. Además, se conservan las molduras sobre ollas y orzas de borde cóncavo. Aparecerán también otros tipos nuevos de decoración como son el engobe rojo pompeyano y la pintura, Especialmente sobre las jarras, tanto de cuello cilíndrico como las trilobuladas.
En cuanto a las pastas, la mayoría de las piezas están elaboradas con pastas micáceas que les da un aspecto brillante. Casi un 10% de las piezas de la vajilla de mesa y despensa poseen pastas bien decantadas, compactas, de roturas rectas.
CERÁMICA DE LUJO ROMANA
Por lo que a la Terra Sigillata se refiere, aparecerá representada principalmente por la Hispánica, aunque existen un par de restos de dudosa adscripción, quizá a Sudgálica. En cualquier caso, los restos están bastante fragmentados, como todo el registro de San Chuis. La pasta suele ser rosa muy pálido y el color rojo inglés. Destacan los fragmentos decorados y los catalogables en alguno de los tipos reconocidos, como son dos Drag. 37, una Drag. 15/17, un fragmento de base con inscripción ([C /] \ LPVRNII), una Drag 27 y una Drag. 37 y una Drag 29/37. Existen también algunos fragmentos de vasos de paredes finas de los que cabe destacar una pieza casi completa hallada en la campaña de 1985.
REFERENCIAS
Marín Suárez, C. (2007). Los materiales del castro de San L.luis (Allande, Asturias). Complutum, 18: 131-160.
Marín Suárez, C. y Jordá Pardo, J. F. (2007). Las cerámicas indígenas del castro de San Lluis (Allande, Asturias). En A. Fanjul Peraza (Ed.), Estudios varios de Arqueología castreña. A propósito de las excavaciones en los castros de Teverga (Asturias): 135-152. Santander: I.E.P.A.
POTTERY
PRE-ROMAN POTTERY
With regard to the pre-Roman pottery, the information is deduced from the fragments, mainly bases and shoulders, because there are not complete pieces.
Pottery pieces were made in at least two parts: on the one hand, the base and the body were made, and on the other, the rim, joining both sections later, although we do not know the order in which these were carried out.
The bases and vessel bodies up to the neck were made by the technique of coiling, which implies a slow rotation of the piece. It is possible that tournettes or slow wheels were used, but maybe they were made simply using a mat that was rotated on the ground, a previously made pot on which the new piece is placed, etc. The bodies’ strong changes of thickness in the same horizontal are characteristic of this execution, something almost impossible in fast rotations like a foot powered wheel, or any type of fast rotation wheel.
Unlike the bodies, the rims were generated by a faster rotation and have a more careful finish, which has sometimes led to confusion when elaborating typologies because of their similarity to the pieces made by fast wheel. In spite of this, in many pieces the characteristic thickness changes can be appreciated. A consequence of the order in which the pieces were assembled is that they tend to break precisely through the area where they were joined, which means that few rims are retained with part of the body still attached.
Subsequently, and to give the final shape to the piece, both the spatulate and the polishing techniques are used. These techniques intend to attenuate differences in thickness and surface. Polishing is applied unevenly, sometimes very carefully, especially in pieces that will later be decorated, and sometimes more coarsely. It is oriented both in one direction and in cross directions, and is almost always located on the outside of the piece.
As for the decoration, above all, the vertical polished lines, oblique polished lines, the combination of both and the polished in reticule shape predominate. However, exclusively the straight rims were decorated, always starting from the inflection of the shoulder, and the rims of perforated lobes, also from the start of the shoulder. Sometimes the beginning of the decoration is marked by a broader horizontal polished line.
The paste is generally flaky, not very compact, with quartz degreasers mainly, especially in the larger containers, sometimes presenting orange nodules, probably because of the use of ceramic remains already fired and crushed as degreaser. The colorations are brown and orange with frequent changes of colour in the same pot which indicates mixed firing in simple kilns in which the fuel was probably in direct contact with the pieces.
ROMAN COMMON POTTERY
In this period there is a typological proliferation with respect to the previous one. Thus, while such types as the curved everted rim pots, which continue to play a dominant role, and large centreboards with ribs were maintained, there are now concave rims applied to covers, single-handle pots, glasses and fairing bowls with handles, jars of different types, dishes, bowls and platters with slipware (engobe), etc.
The bases are still largely flat-bottomed. Now also the flexed bodies appear by fairing (in San Chuis in pre-Roman times only the rims were flexed) and the holding elements like the handles develop remarkably.
However, the most characteristic of this era is that since fast rotation wheel is used (foot powered wheel), the piece is lifted at once from the base to the rim. Spatulate, brushing and the horizontal polished lines practically disappear, showing a large proportion of the pieces a homogenous polishing by all their outer surface. This can be especially appreciated in drinking vessels.
As for the decorations, the polished lines, especially vertical and in reticula, are applied in a greater number of types than in the previous period. In addition, the mouldings on pots and concave rim centreboards are preserved. There will other new types of decoration will also appear such as Pompeian red slip and paint, especially on the jars, both cylindrical neck and tri-lobed.
As for paste, most of the pieces are made with micaceous pastes that gives them a glossy appearance. Almost 10% of the tableware and pantry vessel pieces have well decanted, compact, of straight breaks pastes.
ROMAN LUXURY POTTERY
As far as the Terra Sigillata is concerned, it will be represented mainly by the Hispanica type, although there are a couple of remains of doubtful ascription, perhaps to South Gaulish. In any case, the remains are quite fragmented, as all the record of San Chuis.
The paste is usually very pale pink and the slip colour is English red. We should emphasize the fragments decorated and these that have been able to be catalogued in some of the recognized types, as they are two Drag. 37, a Drag. 15/17 , a base fragment with inscription ([C /] \ LPVRNII), and a Drag 27 and a Drag 29/37. There are also some fragments of thin walled vessels, of which it is worth highlighting an almost complete piece found in the 1985 campaign.